En
colaboración con nuestra compañera Laura Rodríguez, que realiza el blog sobre
el Museo de las Claras, veremos algunas de las principales diferencias y similitudes entre la
vivienda romana y la vivienda islámica. La Casa de la Fortuna y el Museo de las
Claras recogen los restos de los lugares donde se desarrolló la historia de una
manera distinta a como se hace hoy en día, aunque algunos aspectos no difieren
tanto en la actualidad.
Encontramos
que, en la casa islámica, el espacio central está constituido por el patio, un
espacio alrededor del cual se encuentran el resto de habitaciones y que como
vemos es muy similar al atrio o al pórtico de las domus romanas que sirven de
espacio central. Sin embargo una de las principales diferencias que podemos
encontrar respecto al mundo romano es que la casa islámica será un lugar con un
carácter mucho más privado que el de las domus romanas, donde existía un área
más privada y otra pública donde diariamente acudían a realizar alguna petición
al pater familias, como era el tablinum.
Domus romana
Fuente: http://donbosco.scuolaer.it
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Al
patio, en ambos casos, abrirían el resto de habitaciones de la casa,
encontrando una gran diferencia entre el resto de espacios de una domus romana
y de una casa islámica. En ambas casas existían una serie de dependencias
comunes, tales como las cubicula en el caso romano y las alcobas en el caso
islámico, la cocina, salones, letrinas o zonas de aseo, etc. Sin embargo,
mientras que en una casa romana podemos saber por la decoración, el tamaño o la
situación dentro del conjunto y los restos materiales que encontramos en el
interior de las salas de que espacio se trata, en la casa islámica no es tan
sencillo, ya que en estas solo podemos recurrir a los restos materiales que
tienen asociados, dado que las distintas salas de la casa podían servir para
distintas actividades durante su existencia, tales como comer, cocinar y
dormir.
Casa islámica
Fuente: https://alenar.wordpress.com
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No
obstante, también podemos encontrar, en el caso de las casas islámicas,
viviendas de distintos tamaños y formas de organizarse, con una o varias
habitaciones o de uno o dos pisos, con una gran decoración de yeserías o
incluso pinturas, como el caso de las casas de Siyasa, o las casas más humildes, lo que nos muestra
que al igual que en el mundo romano, cada familia y cada casa son un mundo.
Una
expresión que nos ayuda a comprender la complejidad que puede tener una casa
islámica es la frase “hacer la cama”, una expresión que viene de época medieval
y que hace referencia al hecho de que los musulmanes cada noche antes de
acostarse y cada día, al levantarse hacían y deshacían la estructura donde
dormían, ya que mientras no dormían utilizaban la habitación para otras
actividades.
Este
tipo de hechos son los que nos demuestran que la historia está viva, que hay un
pedazo de historia en nuestro día a día, en donde vivimos, en lo que decimos o
lo que hacemos, porque esto no es más que la evolución o la herencia de una
tradición que viene del pasado y que muchas veces, precisamente por esto, vemos
más lejos de lo que realmente esta.
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