6/12/14

La casa romana


Una parte importante de la historia de Roma no transcurre en el foro, ni en la curia, ni si quiera en un espacio público, sino en las casas, lugares donde se desarrolla la vida cotidiana de los romanos.

En la Antigua Roma existían tres tipos básicos de viviendas: las villae, o casas originalmente rurales con una parte destinada al trabajo agrícola, las domus, las viviendas de las clases acomodadas de las ciudades, y las insulae, bloques de viviendas de varias alturas que constituían el modelo más común de vivienda. En el caso de las villas y las domus existían varios modelos, como son las villas suburbanea, residencia de la aristocracia romana, y las villas imperiales, donde residía el emperador, mientras que el caso de las domus encontramos las domus lujosas o las domus acomodadas, estando la Casa de la Fortuna en esta última categoría.

Modelos de una insula y una domus romana
En la construcción de una de estas viviendas urbanas entraban en juego diversos factores tales como su orientación, la situación en la propia ciudad pero también la visibilidad de la misma desde otras zonas de la ciudad, la buena disposición de luz o que la casa fuera cálida en invierno y fresca en verano. Ni todas tenían atrio ni peristilo ni tampoco el mismo volumen de recursos.

Cada vecino debía construir las vías públicas que tenía delante de su casa y además debía mantenerlas y limpiar los acueductos. También existía una regulación de alturas para evitar que los edificios fueran demasiado altos y pudieran sufrir derrumbes o fueran fácilmente pasto de las llamas, el peor mal de los edificios de época romana. En muchas ocasiones, las casas disponían de un pórtico para proteger a los transeúntes y realzar la fachada.

Planta y alzado de la domus de Trebio Valens (Pompeya)
Una vez trazado el perfil de la casa, según el terreno del que se disponía, se procedía a la división interna en estancias, tantas y de tantos tamaños como se quisiera e indicara el decoro, siguiendo siempre las indicaciones de los modelos de Vitruvio. Los materiales más empleados para su construcción serían los autóctonos de cada zona, ya fueran piedras o mármoles junto a la tierra y la madera, empleando diversas técnicas para su construcción.

En lo que se refiere a la ordenación interna de las casas, los modelos más extendidos y que responden mejor a lo que es una casa romana, son las casas de atrio y las de peristilo. Sin embargo, dado que la casa debía adaptarse al terreno y al nivel económico del propietario, nunca se darían dos casas iguales. Ni todas tenían atrio o peristilo ni tenían el mismo volumen de recursos. Se dieron casas cuyas estancias simplemente se comunicaban entre sí, casas de corredor con un pasillo alargado que comunicaba las estancias.

Por lo general, la casa romana estaba dotada de una serie de estancias más o menos estandarizadas, aunque como hemos señalados, no todas disponían de todas ellas o en la misma cantidad:

·Vestibulum: Espacio entre la acera de la calle y la puerta de la casa o bien entre dos puertas.
·Fauces: Paso estrecho o pasillo continuado, generalmente conecta el vestíbulo y la puerta.
·Tabernae: Tienda.
·Atrium: Atrio, un patio interior de distintos tipos, pudiendo tener uno o dos pisos o estar columnado, con o sin función de recoger agua.
·Compluvium: Tragaluz sobre el atrio que deja pasar el agua de lluvia
·Impluvium: Estanque donde se recoge el agua de lluvia.
·Hortus: Jardín situado normalmente en la parte posterior de la vivienda. En época anterior funcionaría como un pequeño huerto.
·Culina: Cocina
·Peristylum: Recinto rodeado de columnas
·Triclinium: Comedor.
·Alae: Habitaciones laterales.
·Cubículum: Dormitorio.
·Tablinum: Una especie de archivo de documentos de la familia, despacho del pater familias y sede del poder de la casa
·Oecus: Sala principal o vestíbulo, a veces empleado como triclinium
·Exedra: Lugar de reunión que cuenta con un asiento evolución de la exedra griega.
·Sacella: Pequeña estancia destinada al culto.

Fuente: http://hartecipat2013.blogspot.com.es/2013/02/1-la-casa-romana.html
Por lo general, el acceso a la casa se hacía mediante uno o dos escalones y a través de la ianua, en donde estaba colocada una imagen del dios Jano; esta daba acceso a un vestibulum, abriéndose hacia el interior y dando paso a un pequeño corredor entre este y el atrio (fauces). Las viviendas podían tener una puerta lateral para la servidumbre (posticum).

En general, la vida se articulaba en el atrio o patio, donde acudían todas las mañanas los clientes del patricio, para presentar sus respetos a su patrón, ofrecerle sus servicios o demandarle ayuda. Pasaban en orden de importancia al tablinum. Para demostrar sus riquezas, el triclinium solía estar visible desde el patio, recibiendo este nombre porque tradicionalmente había 3 klinai o divanes para reclinarse al comer y que a su vez daban cabida a 3 personas cada uno.

En las domus era también posible encontrar baños, pequeñas estancias termales al estilo de las termas públicas, pero no estaba mal visto que no los hubiera, ya que las visitas a las termas públicas constituían un elemento de relación social. Lo que sí había siempre eran latrinae o aseos, generalmente emplazados junto a la cocina, separadas por un muro o panel de madera, siendo evacuados los residuos a la calle. Por su parte las cocinas, se solían colocar en una zona apartada, junto a los baños, para evitar que el calor o el fuego pudieran afectar a la casa.

La mayoría de las casas contaban con pocas zonas de higiene y ventilación, siendo escasas las ventanas y contando con una iluminación deficiente

Casa de Marco Lucrezio Frontone (Pompeya)
Muchas de las estancias de las casas estaban decoradas con pinturas murales, empleando motivos simbólicos y alegorías, o simplemente escenas a modo de decoración. El objetivo no era otro que el de mostrar el poderío económico del dueño al tiempo que dotaba a la casa de un ambiente suntuoso a menudo acompañado por el uso de esculturas y la decoración de los suelos con mosaicos que exponían gran variedad de motivos, desde avisos y saludos en las entradas de la casa hasta representaciones de las musas, actuando como un medio de exaltación de riqueza y posición social. Junto a esto, otros recursos tradicionales eran las imágenes de los ancestros de la familia.

El mobiliario era escaso y funcional; se limitaba a los objetos más indispensables: arcas, armarios, camas o lectus que servían no sólo para dormir, sino también para comer recostados. Las mesas y asientos podían ser de diferente forma y material. Se servían de antorchas, velas y lámparas de aceite para la iluminación interior; para alumbrar la parte exterior de las viviendas se utilizaban antorchas con velas de sebo.

Junto a esto, era común también que las casas dispusieran de un espacio dedicado al culto y altares domésticos tales como los lararios, dedicados al culto a las divinidades, no exclusivamente a los dioses Lares como indica la palabra.

Insulae
Surgieron por la superpoblación, la falta de espacio y las duras condiciones económicas de la vida en Roma. Tenían hasta cinco o seis pisos con abundantes balcones y ventanas al exterior, para aprovechar más el espacio interior. Las dependencias no tenían características especiales en cuanto a disposición y estructura y se utilizaban según las necesidades familiares.
 
Fuente: http://hartecipat2013.blogspot.com.es/2013/02/1-la-casa-romana.html
Eran en general estrechas, poco confortables, carentes de agua corriente, con poca luz y hechas con materiales de mala calidad. La ínsula solía alquilarse a personas pertenecientes a las clases populares.

Villa
Sus orígenes se remontan a las villas griegas del s. V a.C. y aparecen en la zona del Lacio un siglo más tarde. Estas propiedades podían consistir en pequeñas haciendas dependientes de trabajo familiar o por el contrario en grandes propiedades. En los siglos II y I a. C. se produce un crecimiento económico y la paulatina desaparición de los pequeños agricultores paralela a un significativo aumento de los latifundios. Esto repercute positivamente en las villae, cuya parte residencial pasa a ser cada vez más sofisticada y elegante.

En sus posesiones en el campo (de 25 a 60 hectáreas) los romanos solían tener la villa rustica, destinada a ganado y a las tareas agrícolas. Posteriormente, se construyó la villa urbana en lugares pintorescos y aireados, convirtiéndose en una finca de lujo destinada al recreo y al placer del dueño y su familia.
 
Villa romana de La Olmeda.
Las villas suburbanae (urbanas): Residencia de la aristocracia romana, tienen su origen en el palacio helenístico. A partir del siglo I a. C. el peristilo es el espacio dominante, desplazando al atrio. Se han hallado en la Campania y el Lacio, pudiendo ser de varias clases: con atrio; con atrio y peristilo, con peristilo, con pabellones y en forma de hemiciclo o de "U".

Las villas imperiales: Son edificaciones donde residía el emperador, por ello están bien protegidas y su grandiosidad y exquisita decoración dan muestras del poder imperial. Comienzan a construirse a partir del siglo I d. C. con la llegada del nuevo régimen.

Para más información podéis consultar:
FERNÁNDEZ VEGA, P. A., La casa romana. Madrid, 1999.

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