La aparición nuevas formas de
pavimentación en la Península Ibérica se produce a partir de la llegada en la
segunda mitad del s. II a.C. de inmigrantes itálicos que empleaban distintos
sistemas en la pavimentación de espacios públicos y privados y que supone un
importante cambio en la construcción de los edificios de las ciudades hispanas
al aplicar modelos hasta entonces desconocidos.
|
Mosaico de la
Catedral Vieja
Fuente: www.regmurcia.com
|
La decoración con Opus signinum
(s. II a.C.- I d.C.), pavimento de argamasa de cerámica, cal y arena con
superficie de teselas incrustadas formando motivos ornamentales es una de las
más comunes y de las más discutidas, ya que se ha planteado un origen púnico
para este tipo de acabados a raíz de los
hallazgos en zonas de Sicilia, Cerdeña y el norte de África, aunque también se
ha planteado el origen de esta técnica en el mundo helenístico, siendo adoptada
y evolucionando en manos púnicas y difundido posteriormente a Roma.
|
Inscripción de la Casa
de la Fortuna
Fuente: www.regmurcia.com
|
Los motivos decorativos estarían
formados en un primer momento por teselas blancas y posteriormente con blancas
y negras, formando desde motivos geométricos sencillos hasta composiciones con
cenefas vegetales y animales marinos. Algunas de las formas más comunes son los
puntillados de teselas blancas, las crucetas, retículas de rombos, escamas,
esvásticas, cuadrados, retículas de cuadrados y de esvásticas, casetones,
rombos, rosetas, estrellas de rombos, guirnaldas con hojas y frutos, alegorías
e inscripciones, caso este último bien visible en la Casa de la Fortuna
mediante la inscripción Fortuna Propitia.
|
Medallón central de
un pavimento de
la sierra Minera de La
Unión
|
La disposición de la decoración
permite en muchas ocasiones diferenciar la función de las estancias en que se
encuentran, siendo común en el tablinum una planta rectangular con clípeos
enmarcados en una orla cuadrangular, mientras que en las cubicula es más común
una decoración partida con un panel simple de reticulado de rombos y uno más
rico en relación con la antecámara. El ticlinium, por su parte, suele contar
con decoración compleja en varios paneles rectangulares yuxtapuestos.
Otros de los tipos decorativos
que complementan las estancias serían el Opus Scutulatum, caracterizado por el
empleo junto a las teselas de incrustaciones de trozos irregulares de mármol de
distintos colores o también la pavimentación de ladrillos y losetas de cerámica
en forma de rombo o escamas, más común en zonas termales o templos.
Junto a estos, la utilización de
Opus Sectile (s. I-II d.C.), una técnica a base de placas recortadas de
mármoles de colores formando composiciones geométricas diversas, tales como
hexágonos, triángulos o rombos inscritos en círculos o retículas de cuadrados,
constituye otro de los sistemas más comunes de decoración de pavimentos en
época romana al que habría que sumar, a partir del s. I d.C., el uso de
mosaicos polícromos.